Yoga y Neurociencias

La neurociencia se ocupa de la estructura y función del sistema nervioso y el cerebro; 

El yoga es mucho más que ejercicio. Su historia de amor tiene sentido.

Según la teoría de Hebbian, "las neuronas que se disparan juntas se unen". En otras palabras, el desarrollo de buenos hábitos puede tener un efecto mayor que solo el resultado de esos buenos hábitos.

"Los estudios del cerebro muestran que las mismas áreas y estructuras del cerebro que están activas en la función cognitiva (todos los aspectos del pensamiento, razonamiento, evaluación, juicio, recuerdo y sentimiento) también están activas durante el movimiento ... Eso significa que lo que sea que pienses, percibir y sentir (ya sea intencional o inconsciente) mientras practicas yoga es esencialmente entrenar al cerebro para pensar, percibir y sentir de esa manera. Su mente y cuerpo son esencialmente reconectados cuando practica yoga ". 

Recientes estudios han demostrado que "los yoguis tenían un mayor volumen cerebral en la corteza somatosensorial, que contiene un mapa mental de nuestro cuerpo, la corteza parietal superior, involucrada en dirigir la atención, y la corteza visual, que postula Villemure podría haber sido reforzada por las técnicas de visualización. El hipocampo, una región crítica para amortiguar el estrés, también se amplió en los profesionales, al igual que el precúneo y la corteza cingulada posterior, áreas clave para nuestro concepto de sí mismo ". 

La antigua tradición yóguica y la ciencia moderna coinciden en que cuando nos dedicamos al yoga, nuestra conciencia se expande. Cuando practicamos regularmente en esta conciencia expandida, el cerebro comienza a reconfigurarse para acomodar el cambio. Tales cambios pueden ser duraderos, particularmente si implican cambiar un hábito, como el hábito de autodesprecio o la creación de escenarios falsos.