DESCANSO DIVINO Y RECONEXIÓN CON LA TOTALIDAD. Yoga Nidra.
En lo más íntimo del ser humano existe un anhelo: el anhelo de descansar plenamente, no solo el cuerpo, sino también la mente, los sentidos y el alma. El descanso divino no es simple quietud física; es un regreso a la fuente, un retorno a esa vastedad silenciosa donde todo se unifica.
Descansa y reconéctate con tu Verdadera Naturaleza con Yoga Nidra y despierta a una vida de paz y bienestar inquebrantables. Yoga Nidra (sueño yóguico) se deriva de la antigua práctica tántrica y es una combinación única de ciencia moderna y enseñanzas antiguas de yoga.
El Yoga Nidra, conocido como el sueño consciente, abre la puerta hacia ese estado. Mientras el cuerpo reposa inmóvil, la conciencia permanece despierta, atenta, viajando suavemente hacia las capas más profundas del ser. En ese umbral, donde la vigilia y el sueño se entrelazan, la mente se aquieta y el Prana fluye con pureza, disolviendo las tensiones acumuladas.
Es una práctica guiada basada en la atención plena que se centra en la percepción corporal, técnicas de respiración, relajación emocional y meditación guiada de la conciencia.
Respaldada por la ciencia y la investigación, se ha demostrado que la práctica ayuda a lograr un descanso profundo, aliviar el estrés, la ansiedad, el insomnio, el manejo del dolor y el trastorno de estrés postraumático. Yoga Nidra puede ser una práctica amorosa y de apoyo para vivir tu mejor vida. La vida puede ser difícil a veces, a veces realmente difícil y todos podríamos beneficiarnos de un poco de apoyo, autocuidado/amor y descanso del caos.
En este estado meditativo altamente regenerativo, permitimos suavemente que el sonido y las vibraciones de los gongs cambien y liberen la energía estancada y la tensión acumulada en el cuerpo. Puede restaurar y rejuvenecer su cuerpo, sanar y recuperarse de enfermedades y reprogramar su cerebro para lograr un mayor equilibrio mental y emocional y resiliencia.
Practicado con entrega, el Yoga Nidra conduce a una experiencia seductora: la de habitar un espacio interior donde ya no existen límites ni fragmentos. Es como si el yo, cansado de sostenerse en pensamientos y roles, pudiera finalmente recostarse en la totalidad. El tiempo se diluye, la respiración se vuelve un eco lejano y lo único que permanece es una sensación expansiva de unidad.
Allí, en ese descanso divino, no buscamos nada, porque todo está presente. La mente no lucha, el corazón no se siente separado, y el cuerpo recuerda su pertenencia a la tierra y al cosmos. Es la pausa sagrada que revela que somos más vastos que cualquier identidad y más plenos que cualquier logro.
Yoga Nidra no es una técnica más: es un arte de volver a casa. Un viaje hacia el interior que nos reconcilia con la totalidad, recordándonos que debajo del ruido de la vida cotidiana existe un océano de calma inmutable, siempre dispuesto a recibirnos.
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